Confinamiento y la violencia contra la mujer.
- Consultores Especializados en Seguridad
- 9 mar 2021
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La crisis que vivimos como país a raíz del SARS-COV2 nos plantea múltiples desafíos. Entre ellos están cumplir con la cuarentena preventiva para evitar la propagación del contagio y la implementación del home office, que implican acondicionar nuestro día a día y el de nuestras familias para quedarnos en nuestras casas. Pese a lo difícil, ambas medidas apuntan a proteger nuestra salud y la de todos, sin embargo, para un segmento de nuestra población este encierro puede ser doblemente complejo y significa también un riesgo.
La violencia contra la mujer no conoce de cuarentenas. Las mujeres que son víctimas de todo tipo de violencia podrían verse más expuestas a ésta porque permanecerán mayor tiempo con las parejas que las agreden, muchas veces en espacios reducidos y con la presencia de niños y niñas que podrían ser testigos y víctimas de ella.
Un estudio realizado sobre el feminicidio en México, evidencia que tanto los feminicidios frustrados como consumados ocurren con más frecuencia en la noche y madrugada de los fines de semana, cuando hay mayor convivencia y presencia de otros factores como droga y alcohol.
La experiencia internacional señala que el aislamiento puede generar estrés, síntomas de depresión, ira y ansiedad, efectos que pueden asociarse con un incremento en los casos de violencia doméstica. Como evidencia tenemos el caso de China, en donde se han reportado el doble de casos de violencia desde el inicio de la cuarentena. El 90% de las denuncias recibidas se vinculan a ésta, lo cual también nos alerta respecto a agresiones que pueden ocurrir por primera vez en los hogares, siendo la cuarentena su detonador.
Como sociedad, sabemos que esta realidad tiene angustiadas a muchas mujeres, y que lo importante para ellas es saber que no estarán solas en esta emergencia. Es por eso que se debe implementar un plan de contingencia para reforzar la capacidad de atención por parte de las instancias correspondientes. Aumentando los turnos para mujeres víctimas de agresión, como también deben ajustar otras modalidades, porque sabemos que en la convivencia puede ser difícil realizar una llamada telefónica. Junto con eso, debe haber coordinación con las organizaciones públicas que intervienen en los protocolos de violencia para monitorear su labor.
Pero en esto la prevención es clave, muchas mujeres podrían ser víctimas de violencia doméstica por primera vez y tenemos que concientizar que existen distintos tipos de agresión, ninguno aceptable ni justificable. Reitero la importancia de reforzar la corresponsabilidad en el cuidado de niños en estos momentos de tensión; así podemos enseñar que todas las personas merecen el mismo respeto y evitamos perpetuar una sociedad donde unos se sienten con derechos sobre otros, incluso con el de quitarles la vida.
Enfrentamos la violencia reforzando nuestras redes, pero necesitamos de todos. Hago el llamado a que también el entorno de los hombres se involucre; que esté atento y se oriente. Su apoyo es clave para prevenir y evitar que la violencia se vuelva también un virus.
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